Hacia la libertad, la igualdad, a través de la no violencia y hasta las estrellas
La ciencia ficción en economía y ecología. Historias que nos llegan desde 2050. Un nuevo premio y un nuevo centro para los creadores del futuro #Minideas

El futuro encuentra sus propios usos para las cosas
Inspirado por una reciente conversación en línea con algunas notables personalidades del momento, con el título “Imaginar el futuro. Ciencia ficción y ciencias sociales” (Imagining the Future: Science Fiction and Social Science), el economista Henry Farrell destaca algunas ideas relevantes (léase que el autor de este post comparte) sobre el valor de la ciencia ficción, en un post con el título provocador que le he robado (en impía traducción).
La ciencia ficción no es una colección de experimentos conceptuales sobre ciencia social, sino un esfuerzo por lidiar de manera imaginativa con la enorme variedad de formas en que las personas viven sus vidas.
Los economistas requieren modelos, que son abstracciones de una situación social enrevesada, pero entender qué modelo aplicar en cada momento es un arte, no una ciencia. La creación de nuevos modelos que resulten útiles es un esfuerzo creativo no demasiado diferente de lo que es escribir buena ciencia ficción.
Henry Farrell, The Future Finds Its Own Uses for Things, Crooked Timber
No me cabe ninguna duda de que la economía es potencialmente una de las grandes beneficiarias de una ciencia ficción por hacer, dura y valiente.
Creación de mundos. Presciencia ecológica en Dune

La novela de Frank Herbert es más que un historia de mesías espaciales, gusanos de arena gigantes y drogas alucinógenas. Su verdadera esencia es la de una epopeya de ciencia ficción sobre ecología. En la primera edición, el autor dedica la obra a:
las personas cuyo trabajo va más allá de las ideas y penetra en el reino de los 'materiales reales', para los ecologistas de las tierras secas, dondequiera que estén y cualquiera que sea el momento en el que trabajan, este esfuerzo de predicción está dedicado a ellos con humildad y admiración.
—Frank Herbert, Dune, 1965
Dune es hoy reconocida por los estudiosos de la ciencia ficción, como uno de los primeros ejemplos de lo ficción climática o #CliFi, una historia centrada en la exploración de las relaciones e interacciones entre los organismos y su entorno. Todo en el universo Dune está conectado en un vasto ecosistema.
El texto está plagado de alegorías. En la descatalogada
Enciclopedia de Dune (The Dune Encyclopedia), Willis E. McNelly señala la especia como metáfora que puede "interpretarse como una alegoría apenas velada del insaciable apetito de nuestro mundo por el petróleo y otros productos derivados del petróleo".Pero las novelas de Dune no son solo "altamente metafóricas" sino "altamente predictivas". Dune está escrita en 1965, antes de que comenzaran los embargos de petróleo de la década de 1970 o el enorme aumento de la demanda que hemos visto en los últimos veinte años. En la obra, especialmente el volumen inicial, Herbert anticipa muchos de los problemas ecológicos a los que nos enfrentamos con más insistencia en este momento.
Todo este análisis no es nuevo, ni consecuencia del reciente estreno de la película de Denis Villeneuve. Dune lleva años siendo estudiada por los académicos, como las escrituras.
Jess Romeo, The Ecological Prescience of Dune, JStor Daily
Historias para pensar el futuro

Las historias y narrativas son una poderosa herramienta para la alfabetización y el desarrollo de nuestro pensamiento sobre el futuro. Desde hace años compiten con los escenarios y la investigación de tendencias dentro de la disciplina de los estudios de futuro (foresight), y hay buena razones para ello.
En primer lugar, el futuro solo existe como alternativas que necesitan ser exploradas porque su resultado depende de las acciones del presente. En segundo lugar, si no imaginamos nuestro futuro preferido, permanecemos relativamente impotentes.
Nuestro viaje hacia el futuro puede comenzar en el presente observando tendencias y extrapolándolas luego como proyecciones para construir escenarios. Pero uno de los inconvenientes de este enfoque es que construye sobre nuestros sesgos, suposiciones, paradigmas y limitaciones actuales que nos mantienen prisioneros de nuestra propia racionalidad. Confiar solo en escenarios creados desde la perspectiva actual nos ofrece una falsa sensación de seguridad y preparación para el futuro. En realidad, muchos aspectos del futuro serán siempre imprevisibles, impredecibles e inciertos.
Por eso necesitamos más narrativa. Las historias ofrecen a nuestra imaginación un espacio abierto que recorrer más allá del pensamiento convencional. Las historias no tienen como finalidad reflejar la realidad, sino a animarnos a explorar lo desconocido. Entrenar a nuestros cerebros para imaginar cosas que nos hagan más resilientes ante los eventos sorprendentes que nos aguardan en el futuro.
Las historias no están pensadas para darnos soluciones claras y directas, sino que nos llevan a un viaje más allá de nuestro contexto inmediato. Nos trasladan a mundos de imaginación que amplían nuestro pensamiento y abren nuestra mentalidad para que podamos encontrar nuevas soluciones en el presente. Nos ayudan a imaginar futuros diferentes, a veces aterradores, pero también prometedores, y nos permiten pensar en el mundo en el que queremos vivir y que queremos evitar; para tomar decisiones que fomenten un futuro positivo actuando hoy.
En el prólogo de la recien publicada colección de la que nos hicimos eco hace un tiempo “Historias que nos llegan desde 2050”.
Stories from 2050, Tanja Schindler and Graciela Guadarrama Baena Eds. Licenciado como Creative Commons Atribución 4.0 Internacional (CC-BY 4.0)
Premio Ursula K. Leguin de Ficción
El pasado 21 de octubre de 2021, quedó convocado el primer premio Ursula K. Leguin, destinado a reconocer a los escritores de los que habló en su muy reconocido discurso de los Premios Nacionales del Libro en 2014, esos realistas de una realidad ampliada, capaces de imaginar alternativas al mundo actual y ofrecernos motivos auténticos para la esperanza :
Se acercan tiempos difíciles, en los que desearemos las voces de escritores que puedan ver alternativas a cómo vivimos ahora, que puedan ver a través de nuestra sociedad asolada por el miedo y la obsesión por la tecnología otras formas de ser, e incluso imaginar motivos reales para la esperanza. Necesitaremos escritores que puedan recordar la libertad --poetas, visionarios--, realistas de una realidad más amplia ".
Es una cita que a estas alturas habré utilizado en docenas de ocasiones, pero es la cita escogida por la organización (The Ursula K. Le Guin Literary Trust).
Cada año, el premio recompensará con $25,000 al escritor de una obra de ficción imaginativa que retome los conceptos e ideas fundamentales en la obra de Ursula, que incluyen, entre otros, la esperanza, la igualdad y la libertad, la no violencia y alternativas al conflicto; y una visión holística del lugar que ocupa la humanidad en la naturaleza.
Muchos apreciarán una ironía por el hecho de que la propia Ursula sospechaba de los premios literarios. Por otra parte, reconoció su valor genuino para honrar a un escritor y dar visibilidad a la buena escritura subestimada. También sabía que un poco de dinero, en el momento adecuado y con el espíritu adecuado, puede suponer un punto de inflexión en la capacidad de un escritor para seguir escribiendo. Espero que el premio brinde una ayuda significativa y un reconocimiento a escritores que de otro modo no lo recibirían ".
—Theo Downes-Le Guin, hijo y albacea literario de Ursula.
Con este planteamiento y dotación, el premio Ursula K. Leguin se sitúa como uno de los grandes premios de la literatura de ficción, y con todas las dificultades y limitaciones que Ursula reconocía en los premios, es evidente que amplía ese reducido espacio que me gusta identificar como el cielo de la literatura.
The Ursula K. Le Guin Prize for Fiction
Un nuevo viejo centro para el estudio y la creación de obras que cambien el mundo
La Universidad de Kansas anuncia la creación del nuevo Centro Ad Astra para la ciencia ficción y la imaginación especulativa (Ad Astra Center for Science Fiction and the Speculative Imagination).
El centro en realidad no es nuevo, sino una nueva reencarnación del histórico Gunn Center que continuará dirigido por Chris McKitterick, Su objetivo es reunir a escritores, lectores, académicos, educadores y fanáticos de la ficción especulativa para estudiar y crear obras que cambien el mundo.
Promover la ficción especulativa como expresión que supera el tiempo, las fronteras regionales y las formas de los medios.
Promocionar y fomentar la mejor literatura especulativa.
Ofrecer a académicos, lectores, escritores, educadores y bibliotecarios las herramientas para crear y disfrutar de la ciencia ficción y los géneros especulativos relacionados a través de talleres y clases dirigidas a profesionales, estudiantes y el público general
Tender un puente entre los campos STEM y las artes.
La ciencia ficción es un puente entre STEM y las artes. Existe una poderosa relación de retroalimentación entre las dos áreas. La ciencia y la tecnología inspira a escritores y artistas. La ciencia ficción inspira a ingenieros y científicos".
La ciencia ficción es otra forma de investigar. De la misma manera que un científico o investigador prueban una hipótesis, la ciencia ficción imagina condiciones cambiantes y nuevas variables, y luego deja que el experimento se desarrolle por medio de una narrativa atractiva.
AAI Announces the Ad Astra Center for Science Fiction and the Speculative Imagination, KU Office of Research
Si te interesa el futuro, y quieres saber más sobre cómo pensar y actuar sobre el futuro, aún estás a tiempo de unirte a los pioneros del nuevo Curso de Ciencia, filosofia y ficcion.
Ad Astra!
Que siempre es posible conseguir en formato digital.
Las imágenes de Creepy Future son algunas de las que aparecen Stories from 2050