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Avatar de David

Lo de la nave espacial refleja bien otro problema. Cuando el proyecto común es ambicioso y a muy largo plazo, quizás los que se adhieren al contrato original pueden tener una cierta “homogeneidad” en el propósito.

Pero las siguientes generaciones no tienen porqué compartir el ideario o estatuto de sus progenitores (a no ser como los “amish”, los antiguos espartanos, etc... que haya una presión cultural fortísima en la educación). Sin ese “lavado de cerebro” volverá a surgir tarde o temprano la heterogeneidad y las preferencias/opiniones dispares. Como un mundo fractal.

En cierta forma volveremos a la casilla de partida. Y la nave espacial habrá sido una huída hacia adelante con los mismos problemas que en la Tierra.

Paco hablaba de sentimiento de prisión. Manuel hablaba de jerarquía en la charla. Mi duda es si entre la centralización uniformizante y la autarquía extremas, como humanos seremos capaces un día construir sistemas descentralizados (y más libres) que sepan a su vez integrarse simbioticamente en sistemas mayores. Holocracias? Holarquías? Europa de las regiones? Federaciones Estelares? De momento viendo la UE o España tiene pinta de que no... que esto de ponerse de acuerdo entre humanos es complicadísimo.

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Avatar de Francisco J. Jariego

Muy buena observación, David. De hecho, ese es el conflicto que plantea mi cuento, una nueva generación que enfrenta una nueva situación (la llegada al destino de la nave) y lógicamente ve su mundo con ojos distintos que sus predecesores. La nave generación es perfecta para ese tipo de experimento conceptual.

Y esta por supuesto es mi razón para perseguir la anarcoutopia de que cada uno de nosotros firmemos el "contrato social". Mi expectativa es que un futuro prometedor pasa por nuevas formas de organización como bien apuntas. Desde luego, mirando el entorno próximo no se ven muchas "señales", como también apunta Fernando, pero yo lo veo así: si no conseguimos avanzar, no pasaremos el corte: ese será nuestro "gran filtro". Yo creo que conseguiremos avanzar, en ese sentido soy optimista (aunque la forma de mi optimismo da para otro debate ;)

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Avatar de David

Asimov ya intuía este desfase subyacente:

«La parte más triste de la vida en este momento es que la ciencia reúne el conocimiento más rápidamente que la sociedad reúne la sabiduría.»

El conocimiento científico y tecnológico se acumula más fácilmente, generación a generación, que la "sabiduria" humana, en el que cada Ser hace un "reset" cuando nace. El siguiente gran salto cualitativo debería darse en el campo de la educación, (no sé cómo...), para posibilitar estas formas emergentes de organización que ahora nos parecen disfuncionales por falta de los "mimbres" adecuados.

Por poner un ejemplo muy tonto: Guardiola no puede jugar al "tiki-taka" como sistema sin unos jugadores educados en la filosofía de la Masia. Aplicarlo a ciegas al Atlético de Madrid sería estupido y condenado al fracaso (si el objetivo es a corto plazo).

Por eso me asustan tanto los mega-sistemas, dónde el individuo se siente impotente a lo "Kafka", o como lo expresaba Ortega y Gasset. Tienes capacidad de influir más tu entorno inmediato, lo local, lo próximo. Por eso no entiendo como no apretamos más por la "democracia líquida": yo decido si voto directamente una ley (democracia directa) en algo que me importa o afecta directamente, o bien delego en una experto de mi confianza según el tema a votar (democracia delegada selectiva). Si doy mi voto "todo o nada" y éste está "secuestrado" durante 4 años... ¿seré escuchado? ¿podré ejercer "accountability"?

Cómo ya apuntaste en la charla, los medios técnicos están ahí... Michel Foucault ya explicó claramente los mecanismos de resistencia del "establishment" a estos cambios.

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Avatar de Francisco J. Jariego

Creo que esta es la batalla que hay que dar. Primero no renunciar a buscar mejores ideas para una mejor forma de vivir en sociedad (democracia++). Segundo mirar de manera crítica a esa realidad de progreso en ciencia y tecnología, pero estancamiento en nuestros modelos de organización y gobierno. ¿Por qué? Ahí es donde entra la idea del "ensayo" controlado para estas nuevas ideas / modelos, la startup cívica o cómo quermos llamarla. No veo razón por la que tengamos que quedarnos atrapados en esa idea churchiliana de que "esto es lo único posible" porque todo lo demás es peor. Esa idea provocadora, es una trampa de conformismo!

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Avatar de Tecnofuturos

Bien visto

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Avatar de Fernando García-Quismondo

Al hilo del comentario de Manuel, y dejando claro de partida que me resultó MUY estimulante (*) el debate de ayer, y que me parece una gran idea lo de que sigamos las discusiones por aquí de forma “offline”, porque da para mucho más que una hora de tertulia.

Yendo al tema, después de leer lo que Paco ha publicado anteriormente sobre esto, escuchar lo que comentábamos ayer en Clubhouse, y lo que ha publicado Manuel, también se me queda grabado como a él lo del “estatuto” (el contrato social de la ciudad / distrito / barrio / ¿país?) y la “identidad” del modelo.

Mi humilde aportación en ese sentido (y desde el mi enorme desconocimiento sobre el tema) es que, aparte de esa “constitución”, ayer me daba la sensación de que hay otras dos reglas fundamentales para establecer ese marco general: 1) “La ciudad/distrito tiene la misma libertad para aceptar/rechazar a ciudadanos que la libertad que tienen estos de solicitar su adscripción a la ciudad (o abandonarla)”, y 2) “Se deben establecer a priori -¿marco regido y validado por un algoritmo como sugiere a menudo Isabel?- los criterios que determinen si una ciudad/distrito/¿país? charter respeta los derechos fundamentales del individuo y si debe seguir existiendo porque cumple con los objetivos marcados en SU estatuto, o por el contrario se debe dar por experimento fracasado”.

¿Que alguien quiere montar una comunidad Amish, un Xanadú del objetivismo Randiano, una comuna libertaria-anarquista, una ciudad de “cuñad@s” que saben de todo, una Arcadia de amor hippie, un paraíso de mejora productiva de un entorno desfavorecido (“Mosquito Coasts” aka “Prospera”), etc., etc.?

No hay problema: Que presente su propuesta, su estatuto, sus “KPIs” (a corto y largo plazo), y si es viable/legal, adelante con ello… a ver cuántos se unen y si la ciudad charter prospera en SU planteamiento.

Pero… si en las evaluaciones (inicial y periódicas) se objetiva que el modelo no es viable o ha fracasado, pues nada, demolición y vuelta a empezar. Puro darwinismo… que choca de lleno con esa “carga identitaria” que bien comenta Manuel, una carga que además nos impide admitir nuestros fracasos.

(Y… un darwinismo de difícil aplicación en un entorno de “nave espacial-mundo charter” que plantea Paco en su proyección futurista, salvo que fuese una colonia de naves, de múltiples propuestas que permitiese redistribuir a las personas de los “mundos fallidos”, por aquello de no destruir directamente ese mundo nave con un misil o dejarlo morir lentamente, cosa que no haríamos porque en ello radica y se diferencia nuestra condición humana… o debería hacerlo…)

En fin, no sigo, que a cada frase que escribo, más “melones mentales” me voy abriendo a mí mismo… ;-)

(*) Digo lo de “estimulante” porque cuanto más voy leyendo sobre este tema de las ciudades charter más “factible” me parece, o al menos “alcanzable” (lo cual, para alguien como yo que prácticamente ha perdido toda esperanza en la especie humana, es algo significativo, jaja). Quizá (solo quizá) sea un ejemplo de ese “Fringe Futurism” que -en las palabras de Recuenco- “son cosas que se podrían empezar a implantar mañana mismo… siempre y cuando hubiese huevos para hacerlo”.

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Avatar de Isabel F. Peñuelas

Pensando en su viabilidad, una ciudad charter entendida como un experimento social no tendría por qué plantear un dilema tan grande de pertenencia como el de nación. ¿Qué ocurriría si el gobierno de una nación (con perdón), por ejemplo la nuestra, pidiera voluntarios para establecer y votar un contrato y cediese un territorio para experimentar?

¿A vosotros que os gustaría probar? A mi por ejemplo me tentaría esa ciudad que se autoabastece (voy a llamarla ciudad huerta) de la que hablamos el día de las megacities, menos depredadora con los pequeños pueblos. O una ciudad de intercambio de productos o servicios. No digamos ya una ciudad de intercambio de familias, de abuelos y/o maridos ¡Eso sería maravillloso! Resolveríamos un montón de problemas ;-)

Eso sí, estaría el problema de las quotas, que creo que decía Sara,pero puedo imaginar soluciones por ejemplo, una mini carrera de Oklahoma. Yo ya me voy a preparar la carreta

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Avatar de Francisco J. Jariego

En gran medida, sí, un modelo libre de experimentación como este es puramente darwinista. Pero no incompatible con una "inteligencia colectiva" en la que se aprende de esos errores, tampolo lo implica por supuesto. En el darwinismo hay hoy un debate abierto entre la versión extrema (Dawkins, gen egoista) y la selección a nivel de grupo. Hay recorrido en el debate y en las posibilidades

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Avatar de Manuel Juanes

Otro de los aspectos que me gustaría rescatar es el relativo a la adhesión a una ciudad charter en base a la suscripción de un estatuto. Este tema tiene muchas aristas pero voy a incidir en un elemento: la identidad. Soy de la opinión que las visceras pueden vencer al cerebro en este tipo de cuestiones. Recupero el caso de la II Internacional Obrera que saltó por los aires como consecuencia de la I Guerra Mundial. Ante la disyuntiva de clase o nación, el movimiento eligió nación. Ya se que esto es de hace mucho tiempo, pero en Cataluña estamos viendo algo similar con ERC. Este planteamineto de pertenencia desde una perspectiva meramente racional (cálculo coste-beneficio) es viable? kahneman y Tversky ya apuntaron las carencias que tenemos los seres humanos al afrontar este tipo de decisiones. Estamos preparados para gestionar este tipo de decisiones dejando a un lado toda la carga identitaria que arrastramos?

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Avatar de Francisco J. Jariego

Aquí haría falta precisar mucho. Nuestras limitaciones cognitivas (bounded rationality + sesgos) también están presentes cuando firmamos cualquier otro contrato, trabajo, hipotecas, matrimonios... Hay alternativas?

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Avatar de Manuel Juanes

Felicidades Paco por la exposición del tema que has realizado. Ha sido un placer poder conocer y reflexionar sobre las ciudades charter. Muchos asuntos sobre la mesa. Respecto al tema de la innovacion, el modelo de chapter city ofrecería un espacio experimental pero una de las grandes cuestiones planteadas hoy es por qué no hay espacios adecuados para la experimentación en los modelos de ciudad actuales. Me gustaría conocer vuestras opiniones al respecto.

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Avatar de Francisco J. Jariego

Muchas gracias Manuel por el interés y el apoyo. Sobre el tema que planteas, como os comentaba brevemente hoy, sí hay otros modelos de experimentación que se utilizan en ciudades. La innovación supone siempre un ensayo que puede ser más o menos exitoso. Y lógicamente, a ninguno nos agradaría mucho que si, por poner un ejemplo, lo que se quiere probar es un nuevo sistema de movilidad, el ensayo nos haga llegar tarde o no llegar ;) Los modelos para innovar en ciudades buscan, por tanto, el ensayo sin afectar servicios esenciales y eso puede hacerse en zonas acotadas (como los distritos de innovación) o en servicios que pueden escogerse de manera voluntaria por un grupo o colectivo y ensayarse sin riesgos o "externalidades" negativas no controladas. Incluso en este caso la innovación enfrenta retos que no son exclusivos de la ciudad, como el rechazo de los que podrán verse afectados en el futuro por la introducción de un nuevo servicio. Volviendo al tema de la movilidad, la introducción de Uber supone una clara mejora para los usuarios, pero se encuentra con el rechazo de los taxistas. Por no extenderme, la innovación incremental (mejoras sobre servicios existentes) es relativamente "sencilla". La innovación disruptiva (cambios en modelos de negocio que a menudo trastocan la regulación) es siempre una batalla y es la que puede beneficiarse o requerir de modelos de innovación que faciliten el ensayo en entornos y colectivos limitados y voluntarios.

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