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may 5, 2021Gustado por Tecnofuturos, Francisco J. Jariego

Lo de la nave espacial refleja bien otro problema. Cuando el proyecto común es ambicioso y a muy largo plazo, quizás los que se adhieren al contrato original pueden tener una cierta “homogeneidad” en el propósito.

Pero las siguientes generaciones no tienen porqué compartir el ideario o estatuto de sus progenitores (a no ser como los “amish”, los antiguos espartanos, etc... que haya una presión cultural fortísima en la educación). Sin ese “lavado de cerebro” volverá a surgir tarde o temprano la heterogeneidad y las preferencias/opiniones dispares. Como un mundo fractal.

En cierta forma volveremos a la casilla de partida. Y la nave espacial habrá sido una huída hacia adelante con los mismos problemas que en la Tierra.

Paco hablaba de sentimiento de prisión. Manuel hablaba de jerarquía en la charla. Mi duda es si entre la centralización uniformizante y la autarquía extremas, como humanos seremos capaces un día construir sistemas descentralizados (y más libres) que sepan a su vez integrarse simbioticamente en sistemas mayores. Holocracias? Holarquías? Europa de las regiones? Federaciones Estelares? De momento viendo la UE o España tiene pinta de que no... que esto de ponerse de acuerdo entre humanos es complicadísimo.

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may 1, 2021Gustado por Francisco J. Jariego

Al hilo del comentario de Manuel, y dejando claro de partida que me resultó MUY estimulante (*) el debate de ayer, y que me parece una gran idea lo de que sigamos las discusiones por aquí de forma “offline”, porque da para mucho más que una hora de tertulia.

Yendo al tema, después de leer lo que Paco ha publicado anteriormente sobre esto, escuchar lo que comentábamos ayer en Clubhouse, y lo que ha publicado Manuel, también se me queda grabado como a él lo del “estatuto” (el contrato social de la ciudad / distrito / barrio / ¿país?) y la “identidad” del modelo.

Mi humilde aportación en ese sentido (y desde el mi enorme desconocimiento sobre el tema) es que, aparte de esa “constitución”, ayer me daba la sensación de que hay otras dos reglas fundamentales para establecer ese marco general: 1) “La ciudad/distrito tiene la misma libertad para aceptar/rechazar a ciudadanos que la libertad que tienen estos de solicitar su adscripción a la ciudad (o abandonarla)”, y 2) “Se deben establecer a priori -¿marco regido y validado por un algoritmo como sugiere a menudo Isabel?- los criterios que determinen si una ciudad/distrito/¿país? charter respeta los derechos fundamentales del individuo y si debe seguir existiendo porque cumple con los objetivos marcados en SU estatuto, o por el contrario se debe dar por experimento fracasado”.

¿Que alguien quiere montar una comunidad Amish, un Xanadú del objetivismo Randiano, una comuna libertaria-anarquista, una ciudad de “cuñad@s” que saben de todo, una Arcadia de amor hippie, un paraíso de mejora productiva de un entorno desfavorecido (“Mosquito Coasts” aka “Prospera”), etc., etc.?

No hay problema: Que presente su propuesta, su estatuto, sus “KPIs” (a corto y largo plazo), y si es viable/legal, adelante con ello… a ver cuántos se unen y si la ciudad charter prospera en SU planteamiento.

Pero… si en las evaluaciones (inicial y periódicas) se objetiva que el modelo no es viable o ha fracasado, pues nada, demolición y vuelta a empezar. Puro darwinismo… que choca de lleno con esa “carga identitaria” que bien comenta Manuel, una carga que además nos impide admitir nuestros fracasos.

(Y… un darwinismo de difícil aplicación en un entorno de “nave espacial-mundo charter” que plantea Paco en su proyección futurista, salvo que fuese una colonia de naves, de múltiples propuestas que permitiese redistribuir a las personas de los “mundos fallidos”, por aquello de no destruir directamente ese mundo nave con un misil o dejarlo morir lentamente, cosa que no haríamos porque en ello radica y se diferencia nuestra condición humana… o debería hacerlo…)

En fin, no sigo, que a cada frase que escribo, más “melones mentales” me voy abriendo a mí mismo… ;-)

(*) Digo lo de “estimulante” porque cuanto más voy leyendo sobre este tema de las ciudades charter más “factible” me parece, o al menos “alcanzable” (lo cual, para alguien como yo que prácticamente ha perdido toda esperanza en la especie humana, es algo significativo, jaja). Quizá (solo quizá) sea un ejemplo de ese “Fringe Futurism” que -en las palabras de Recuenco- “son cosas que se podrían empezar a implantar mañana mismo… siempre y cuando hubiese huevos para hacerlo”.

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may 1, 2021Gustado por Tecnofuturos, Francisco J. Jariego

Otro de los aspectos que me gustaría rescatar es el relativo a la adhesión a una ciudad charter en base a la suscripción de un estatuto. Este tema tiene muchas aristas pero voy a incidir en un elemento: la identidad. Soy de la opinión que las visceras pueden vencer al cerebro en este tipo de cuestiones. Recupero el caso de la II Internacional Obrera que saltó por los aires como consecuencia de la I Guerra Mundial. Ante la disyuntiva de clase o nación, el movimiento eligió nación. Ya se que esto es de hace mucho tiempo, pero en Cataluña estamos viendo algo similar con ERC. Este planteamineto de pertenencia desde una perspectiva meramente racional (cálculo coste-beneficio) es viable? kahneman y Tversky ya apuntaron las carencias que tenemos los seres humanos al afrontar este tipo de decisiones. Estamos preparados para gestionar este tipo de decisiones dejando a un lado toda la carga identitaria que arrastramos?

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abr 30, 2021Gustado por Francisco J. Jariego

Felicidades Paco por la exposición del tema que has realizado. Ha sido un placer poder conocer y reflexionar sobre las ciudades charter. Muchos asuntos sobre la mesa. Respecto al tema de la innovacion, el modelo de chapter city ofrecería un espacio experimental pero una de las grandes cuestiones planteadas hoy es por qué no hay espacios adecuados para la experimentación en los modelos de ciudad actuales. Me gustaría conocer vuestras opiniones al respecto.

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